lunes, 6 de diciembre de 2010

NOTTING HILL

Notting Hill es otra cosa!!! esta lleno de anticuarios, entre los cuales se puede deambular viendo pequeños tesoros de otras épocas, cosas que antes eran imprescindibles en el ajuar de cualquier novia que se precie, como paletas de plata paras recoger migas de la mesa, cucharillas de café de plata, pastilleros, botones antiguos y un sin fin de cosas que nos revelan tesoros del pasado, que nos hablan de clases sociales y que a veces nos legan nuestros abuelos, padres, tíos y tenemos arrumbados por los cajones mas escondidos y jamas sacamos a la luz.
Los pequeños puestos se suceden en estrechos pasillos donde los propietarios exponen primorosamente esos girones del pasado, estos vendedores se confunden y amalgaman con su producto, se diría que se parecen a los objetos que exponen , muchos pasan los 60 con cabezas canosas y rostros grises, pero con el mentón en alto y la mirada displicente, actitud que tienen muchos ingleses denotando superioridad. La actitud típica del mayordomo, servicial, pero manteniendo una altanera distancia con el cliente. El público se pasea deambulando y dejandose sorprender por la cantidad de objetos expuestos, no veo demasiados compradores y si muchos nostálgicos mirones, en los ojos de muchos vendedores asoma el hastío como una puerta que se entreabre y nos deja ver su interior.
Mi amiga va de mal en peor, esto ya no le gusta y nada despierta su interés, le acicatea el hambre y las ganas de ir al baño, pero no acepta entrar en ningún bar. Decido hacer caso omiso de su letanía e intento llegar al final de Portobello Road no sin varios frenazos de mi acompañante que también tiene frío. Compro una bufanda para Jorge que es muy friolero y elijo una muy bonita de autentico cashmere escoces. Mi amiga que sigue en plan quejica cree que en el Corte Ingles venden lo mismo, intento explicarle que me da igual que me gusta el diseño y quiero llevarle algo a mi marido.
A trancas y barrancas llegamos al final de la calle donde se supone esta "the former pepe shop" no es nada del otro mundo, puro marketing….
Mi amiga esta ya rabiando, se queja abiertamente de hambre, frío y que esta cansada así que nos aventuramos en la ardua tarea de encontrar algún sitio que le guste, mi opinión no cuenta, un japones no, una pizzeria tampoco, un fish and chips tampoco (deberíamos haber comido en Camdem murmura) pastelerías tampoco, pero tenia grabado en la memoria que una dependienta española en la tienda de bufandas le había dicho que había muchos restaurantes en la calle paralela, por lo cual vamos hacia allí pero al asomarnos a una esquina no se ve gente en aquella dirección. Cambiamos de idea, el malestar crece a momentos y ya no se puede disfrutar del paseo. Coge velocidad nuevamente en el paso, me aventuro a preguntar si no se encuentra bien y quizás eso junto con el mal tiempo la tenga desasosegada, finalmente giramos una esquina y vemos un pequeño bar restaurante lleno de gente y entramos. Nos apretamos en una media mesa, llego hasta la silla gracias a que he bajado de peso pero no sin antes rozar con mi culo y mi bolso a un comensal, las sillas son pequeñas para ahorrar espacio y las mesas son proporcionales a las sillas, la norma de urbanidad de no apoyar los codos es de obligado cumplimento. Mi amiga sigue nerviosa, menos mal que de pronto se libera una mesa mas desahogada y le grito "corre! date prisa!" pues ya otra pareja hacia el gesto de ir hacia ella. Aleluya al fin nos sentamos!. Mi amiga pide una "cervecita" y se le anima el semblante, me confiesa que no hay modo mejor que una cervecita para dormir bien.
En fin! con que poco encuentran la felicidad algunas personas. La comida es la típica por 10€, un plato combinado, abundante, yo cuarto de pollo con guisantes y zanahorias, la única verdura que sirven (de lata por supuesto) con patatas vapor gratinadas, ella un arroz con pollo y no se que mas. Vuelve a recuperar el gesto risueño.

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