viernes, 10 de diciembre de 2010

JORNADA DE TARDE 13 11 2009

Como aún era temprano decidimos aprovechar lo que quedaba del día. 
Pensamos en quizás algún espectáculo de los tantos que ofrece Londres.
Tomamos un autobús, el recorrido es largo debido a las continuas paradas y al tráfico . Mi amiga cambia de parecer varias veces, se muestra dudosa e indecisa. Como no deseo conflictos y la verdad, me da lo mismo como empleemos la tarde, especialmente después de la espantos experiencia de Camden. Intento que me confirme si realmente quiere ir al Opera House, representan Giselle.
Durante el trayecto observo la decoración navideña de Oxford Steet y Regent, todo la deja fría. Continúa indiferente, incluso ante las vitrinas de Selfriges, que son una verdadera obra de creatividad, impresionantes y únicas, podíamos haber bajado a disfrutar del incipiente ambiente navideño, ella no es consciente ni le interesan mis gustos y aficiones.
Las calles están abarrotadas, la gente entra y sale de los comercios cargados de bolsas, riendo, llenos de ilusión con las compras navideñas. Consultando el plano del tube me doy cuenta que el mejor modo de llegar a la zona de los teatros es el metro y bajar en Covent Garden, en ese momento pasamos delante de Lacoste, decido bajar y matar dos pájaros de un tiro.
Según nuestro mapa, la parada del autobús queda entre dos estaciones de metro. Sugiero desandar camino hasta Picadilly que es la mas cercana, ella quiere bajar hasta Trafalgar que queda mas lejos, pero esta vez no me dejo convencer, cruzo la calle por la mitad en diagonal hacia la Boutique Lacoste desoyendo sus protestas.
Una vez en la tienda se sienta enfurruñada en un sofá y me espeta con urgencia " no tardes mucho!" , todo esto después de una hastiante mañana en Camden!. No siento ningún remordimiento, tengo una animada charla con el encargado de tienda, la oigo refunfuñar " ¡como puede valer una parka 300€!...."  en fin....al final, nuestro periplo acaba en el Opera House con las entradas a 90€,  se le ponen los ojos como platos! Acabamos a las 21.30, en pijama, en la habitación del hotel. Vaya noche perdida! tantos kilómetros hasta Londres para echarnos a dormir!
No se durmió sin arremeter contra el "mundo" "para que mierda pagamos este hotel si nunca vemos al resto del grupo!"
Al día siguiente nos enteramos, que Petra y los demás, pasaron una agradable velada de risas hasta las dos de la madrugada en el lounge del hotel, mientras nosotras mirábamos absortas la tele en la habitación.

Hay personas que tienen una vida desastrosa, que no son capaces de disfrutar de los pequeños momentos que nos brinda la vida, ni son tampoco capaces de acercarse a los demás. Se revuelven rabiosos contra la "adversidad" las otras personas las detectan y las evitan y hacen que estén aun mas solos!

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